Para comprender los detalles de un caso tan grave y complejo como el Barçagate de Enríquez Negreira que analizamos en este artículo, es importante alejarse del ruido mediático y prestar atención a la opinión de expertos que poseen el conocimiento necesario para llegar a conclusiones fundamentadas que aporten a esclarecer los hechos. Diego Cabezuela Sancho, quien es expresidente de la World Compliance Association (WCA) desde diciembre de 2022 y fundador y socio director de Círculo Legal Madrid, es uno de esos expertos. Se especializa en derecho penal empresarial, societario y concursal y ha manifestado su opinión a Culemanía sobre por qué el FC Barcelona está en el ojo del huracán y cómo el equipo de cumplimiento normativo (compliance) debería haber actuado para prevenir el estallido del escándalo que se escucha en distintos medios globales.
En una nota realizada al entonces ex Presidente Diego Cabezuela a través del medio Crónica Global con fecha 28 de marzo, le realizaron una serie de preguntas relativas al caso que involucra al FC Barcelona, que a continuación citamos:
P: Para que nos entendamos… ¿En qué consiste la función de compliance en un club como el Barça? ¿Cuáles son sus obligaciones principales?
R: Es quien tiene como objetivo hacer que todo funcione. El sistema de compliance es un sistema de controles. Toda persona jurídica tiene que hacer un análisis de sus riesgos penales, qué delitos se podrían cometer, qué posibles fugas de seguridad pueden haber… En base a este análisis de riesgos, se deben establecer unos controles. Y eso, para cualquier tipo de delito. Se complementa con un canal de denuncias, para que toda persona pueda denunciar anónimamente cualquier irregularidad. Y después, el sistema compliance ayuda a la empresa a defenderse a sí misma de sus propios vicios. Dentro de este concepto, el compliance officer es el CEO de todo esto. Una especie de policía que debe ocuparse de que todo funcione; de que no ocurran cosas como la del Barcelona.
P: Una especie de poli malo, ¿no?
R: Yo no diría el poli malo, pero sí el poli. Tiene que investigarlo todo, asegurarse de que funciona bien. El compliance no está para defender a la empresa, sino para ser neutral. Y si ha ocurrido algo malo, tiene que averiguarlo, indagar sobre ello y tomar medidas. ‘Señores consejeros, aquí está mi informe, hagan lo que tengan que hacer’. Esa es la figura del compliance, un servicio de neutralidad absoluta.
P: ¿Por qué nadie del área de compliance o ninguna auditoría detectaron irregularidades en los pagos a Negreira?
R: Lo que se ha descubierto ahora son cosas que terminan en 2018. Cuando dejó el Comité Técnico de Árbitros, los pagos a Negreira acabaron y no ha vuelto a suceder. No sé si por aquel entonces el Barça tenía compliance, o si hicieron como los demás clubes que se pusieron al día más o menos por esas fechas. Además, esto se remonta al año 2001, que en aquel momento nadie habíamos oído hablar del servicio compliance. En esa época no había nadie para detectar un conflicto de intereses tan grande como el de Negreira y el Barça. Aunque suponiendo que se hubieran realizado esos vídeos por los que presuntamente pagaba el club, igualmente el conflicto de intereses y su incompatibilidad con el más mínimo atisbo de control es evidente.
P: ¿Cuál sería la manera diligente de proceder, por parte del sistema de compliance, al toparse con un caso como el del Barça con Negreira?
R: Con un sistema de compliance lo suficientemente diligente, eso nunca debería haber sucedido. Una de las herramientas clave es el estudio previo de los socios de negocio. Se realiza una due diligence mínima ante cualquier proveedor. No se admite a cualquiera. Si se hubiese hecho bien la labor en su momento, todo esto no habría sucedido. Hay una serie de checklist que deben rellenar los futuros proveedores. Por lo tanto, el conflicto se debería haber detectado antes de que se llevara a cabo. Si se detecta ya con los pagos hechos, entonces lo lógico es que el compliance realice una investigación para poner fin a dichas acciones.
P: Aparte del sistema de compliance, en el Barça se han hecho varias due diligence con los mejores profesionales del país, y nunca se detectaron los pagos irregulares a Negreira. ¿Podría ser que hubiese un afán en taparlo todo?
R: Una auditoría contable no tiene por qué detectar ninguna irregularidad. No sé qué tipo de auditorías se habrán hecho. En principio, un auditor no tiene que detectar ese tipo de irregularidades. Las compliance sí detectan cuestiones de ese tipo, pero son muy recientes porque se implantaron en 2018. Las auditorías normal y corrientes, que hacen KPMG o Deloitte, no tienen por qué hacerlo. O igual se detectaron y la gente se calló, pero eso es un tema que no sabemos.
P: El compliance officer actual del Barça es Sergi Atienza, amigo personal del presidente Joan Laporta…
R: El compliance debería ser una persona independiente, neutral. Si es amigo, tiene que actuar de forma en que la amistad no afecte al cumplimiento de sus obligaciones. Sé que ha habido varios cambios en los últimos años en ese puesto, y me consta que no ha sido fácil. Noelia Romero vivió un periodo muy difícil, luego estuvo Xavier Mas, que tampoco lo tuvo fácil.
P: Y anteriormente estuvo Sabine Paquer, que se fue por voluntad propia porque no podía hacer su trabajo con libertad.
R: El compliance está para hacer lo que quiere hacer, no lo que quieran otros. Y las actuaciones se deben ajustar al protocolo de cumplimiento. Si alguien le dice al compliance que se olvide, éste tiene que dar un puñetazo encima de la mesa y no prestarse. Si hay conflictos, entra dentro de la dinámica de lo que tiene que hacer una persona en el cargo durante periodos convulsos. Y me consta que han sido unos años complejos. Noelia acabó en los tribunales, aunque el tema ya está sentenciado. El juicio se resolvió en primera instancia con despido improcedente. Ser compliance officer en el Barça no debe ser una silla fácil de ocupar.