El feudalismo digital no surgió de la nada, esto debido a que fue el resultado de una serie de desarrollos tecnológicos y económicos, así como de cambios en la manera en que la sociedad utiliza y comprende la Internet. Para entender su origen y evolución, debemos remontarnos a los primeros días de la red.
En sus inicios, la Internet era una herramienta principalmente utilizada por académicos e investigadores. Se concebía como una red abierta y descentralizada, donde la información fluía libremente y los usuarios tenían un control significativo sobre sus datos. Conforme transcurrieron los años desde su origen, a medida que la Internet se comercializó y se popularizó, comenzó a cambiar para siempre.
Las empresas comenzaron a reconocer el valor de los datos de los usuarios. Las búsquedas en línea, las compras, los clics, los «me gusta» – todas estas acciones generaban datos que podían ser recolectados, analizados y utilizados para crear perfiles detallados de los usuarios. Este conocimiento permitió a las empresas dirigir publicidad a los usuarios de manera más efectiva, y eventualmente, los datos de los usuarios se convirtieron en la moneda de cambio de la economía digital.
A medida que cada vez más y más actividades se trasladaban en línea, las empresas se dieron cuenta de que podían proporcionar servicios gratuitos o de bajo costo a los usuarios a cambio de sus datos. Este modelo de negocio, conocido como el modelo de negocio freemium, se volvió omnipresente. Los usuarios aceptaron este trato en muchos casos sin conocer el destino del tratamiento de sus datos, mucho menos ni prestarle la menor importancia a las políticas de privacidad de ciertos sitios web, en gran parte porque no entendían completamente el valor de sus datos, y la idea de obtener servicios gratuitos o de bajo costo era atractiva. Un riesgo muy alto para quienes hoy en día han tenido que sufrir algún tipo de afectación por violación a sus datos personales.
Con el tiempo, unas pocas empresas, como Google, Facebook y Amazon, llegaron a dominar la economía digital. Estas empresas recolectan cantidades enormes de datos diariamente, lo que les permite construir perfiles de usuarios increíblemente detallados y dirigir publicidad con una precisión sin precedentes. Como resultado, estas empresas se volvieron increíblemente valiosas y poderosas.
Con base a este análisis, este es el estado de la Internet hoy: un pequeño número de empresas poseen una gran cantidad de nuestros datos, y utilizan estos datos para generar enormes beneficios. Mientras tanto, los usuarios tienen poco o ningún control sobre sus propios datos, y a menudo no comprenden cómo se están utilizando. Esta es la esencia del feudalismo digital: un sistema en el que los usuarios son, en efecto, siervos digitales, proporcionando sus datos a los señores feudales digitales a cambio de servicios gratuitos o de bajo costo.